Como ya pudimos ver en post anteriores, son muchos los beneficios que el picante puede aportar en nuestra dieta: pérdida de peso, saciedad, disminución de la retención de líquidos, segregación de endorfinas, etc. Pero hoy queremos centrarnos en los diferentes usos y beneficios que el picante puede aportar en un ámbito muy concreto, el dolor.
No podemos hablar de picante sin hablar de la capsaicina. La capsaicina es una sustancia alcaloide que se encuentra en los pimientos conocidos como capsicum. A más nivel de capsaicina más picante es el pimiento o chile, como pudimos ver en el post de la “escala Scoville”.
El picante, a pesar de concebirse como un sabor podría ser definido como una sensación. Al entrar en contacto la capsaicina con nuestros receptores, en concreto los nociceptores y termoceptores, que son los receptores del dolor y el calor, nuestras células de la boca envían una señal al cerebro que provoca un incremento en la liberación masiva de neuropéptidos y sustancias P, responsables de transmitir las señales del dolor. De esta manera, se genera en nuestra boca como respuesta una sensación de adormecimiento de la zona que conocemos como sabor picante.
Se puede decir que este es el mecanismo que se busca en el uso médico de este compuesto tan característico de las salsas picantes, poniendo la capsaicina en el centro de atención científico por su capacidad de inhibir en cierta manera la sensación de dolor, provocando un alivio progresivo y duradero en algunas dolencias como la artritis reumatoide, fibromialgia, psoriasis o algunas neuralgias.
Su uso más extendido como analgésico e inflamatorio es en forma de pomadas, cremas, geles, aceites u otras soluciones de uso cutáneo, siempre sobre la piel sana y siguiendo las indicaciones del fármaco o de un profesional en la salud, ya que hay ciertas precauciones que se deben tomar y situaciones en las que se debe evitar.
En cuanto a los datos que se pueden encontrar, se conoce que el efecto de la capsaicina en su uso farmacocinético tiene una duración aproximada de entre 4 y 6 horas de alivio, obteniéndose una mejoría importante a partir de las 2 semanas desde el inicio del tratamiento y un máximo alivio a partir de 4-6 semanas de uso.
¿Eres como nosotros un apasionado del picante? ¿Qué opinas de los muchos beneficios que puede aportarnos a través de su ingesta? ¿y de su utilidad como fármaco?
En Salsas picantes Martinez estaremos encantados de conocer tu opinión a través de los comentarios en nuestro blog.